Origen
Los universos de ficción más antiguos son las mitologías que la gran variedad de culturas y civilizaciones humanas han ido generando en los últimos milenios (las mitologías greco-romana, escandinava, celta, precolombina y japonesa son sólo algunos ejemplos). Sin embargo es importante señalar la diferencia existente entre los universos ficticios de las mitologías (cuya autoría se debe a una lenta y laboriosa sucesión de generaciones humanas) y los universos de ficción «artificiales» creados por un solo autor (o unos pocos autores), como la gran variedad de universos de ficción de los siglos XX y XXI. La Tierra Media o La guerra de las galaxias se cuentan entre los universos de ficción más célebres de esta última clase de universo ficticio y cabe decir que, por lo general, el término «universo ficticio» se aplica a esta clase de universos de ficción «artificiales» mucho más que a las mitologías de las diferentes culturas humanas. En el caso de estas últimas el término «mitología» presupone un elemento teológico: el de la creencia en la existencia real de los dioses. Por ejemplo, son muy conocidos los procesos que tanto los antiguos griegos como los modernos cristianos o musulmanes han llevado a cabo por impiedad (la negación de la existencia de dios o de los dioses, o la falta de respeto a los ritos tradicionales), mientras que a ningún sistema jurídico de la actualidad se le ocurriría procesar a una persona por apreciar la ficción de la Tierra Media o de La guerra de las galaxias. A los «universos ficticios», tal como se les concibe en la actualidad, se les considera pues como ejercicios plenamente conscientes de la creación de una ficción, mientras que las mitologías nacieron de la creencia en la existencia real de los dioses.