Historia
La C tiene el mismo origen que la letra G, que proviene de esta. Los semitas (entre ellos: fenicios, árabes y hebreos) la nombraron gimel y su forma deriva posiblemente del jeroglífico egipcio con forma de honda, que es tal vez el significado de la palabra gimel. Otra posibilidad es que el carácter con forma de triángulo sin base representaba la joroba de un camello, llamado gamal en idioma semita.
La Gamma (Γ) griega fue adoptada por el alfabeto etrusco, donde representaba el sonido /k/. En los
alfabetos griegos arcaicos, Gamma tomó primero la forma '
' en el etrusco temprano, y luego la forma '
' en el etrusco clásico. Mientras que en latín, finalmente tomó la forma 'c' en el latín clásico. En los textos latinos tempranos, las letras c k q fueron usadas para representar los sonidos /k/ y /g/. De estas, 'q' era usada para representar los sonidos /k/ y /ɡ/ antes de una vocal redondeada (O, U), 'k' antes de 'a' y 'c' en los demás casos (E, I).[1]
Durante el siglo III el liberto
Espurio Carvilio (antes esclavo del cónsul
Espurio Carvilio Ruga) decidió agregar un pequeño rasgo al carácter C para formar una nueva letra que representara únicamente al sonido /ɡ/. Así nació la G, dejando a la 'C' con el sonido /k/. El uso de la C y de su variante, la G, reemplazó el uso que se le daba a la Q y la K. Debido a ello, durante el periodo clásico y después de este, la G fue tratada como el equivalente de la Gamma griega, y la C, con unas pocas excepciones, como el equivalente de kappa. Esto se ve en palabras griegas como ΚΑΔΜΟΣ, ΚΥΡΟΣ, y ΦΩΚΙΣ, que en latín pasaron a escribirse: cadmvs, cyrvs y phocis respectivamente.