Etimología y origen del nombre
El topónimo Australia proviene directamente del adjetivo latino "australis", es decir "sureño" o "relativo al sur".[9]
La primera aplicación concreta del nombre, sin embargo, corresponde a la expedición española del portugués Pedro Fernández de Quirós descubrió el archipiélago de las Nuevas Hébridas (actual Vanuatu) en 1606, cuya isla mayor fue denominada Austrialia (sic) del Espíritu Santo,[13].
El topónimo para las tierras ubicadas al sur y al este de Nueva Guinea aparece desde entonces en varios mapas de los llamados "mares del sur".[15]
El documento en inglés más antiguo que contiene la palabra Australia data de 1625. Se trata de «A note of Austrialia del Espíritu Santo, written by Sir Richard Hakluyt», publicado por Samuel Purchas en Hakluytus Posthumus, que hace referencia a la mencionada isla del archipiélago de las Nuevas Hébridas, descubierta por Quirós en 1606.[16]
Los oficiales holandeses de Batavia (actual Yakarta) usaban el adjetivo neerlandés Australische en el siglo XVII para referirse a la tierra meridional descubierta hacía poco, en 1638, conocida también como Nueva Holanda.
Alexander Dalrymple usó el término “Australia” en Colección histórica de viajes y descubrimientos en el océano Pacífico Sur (A Historical Collection of Voyages and Discoveries in the South Pacific Ocean) de 1771, para referirse a toda la región sur del océano Pacífico. En 1793, George Shaw y sir James Smith publicaron Zoology and Botany of New Holland (Zoología y Botánica de Nueva Holanda), en el cual escribieron «la vasta isla, o mejor dicho continente, de Australia, Australasia o Nueva Holanda» («the vast island, or rather continent, of Australia, Australasia or New Holland»).
El uso posterior del nombre «Australia» se debe a la obra publicada en 1814 A Voyage to Terra Australis [Un viaje a Terra Australis], del navegante Matthew Flinders el primero que la circunnavegó. Pese al título, que reflejaba la opinión del Almirantazgo Británico respecto a la toponimia legítima, Flinders usó la palabra «Australia», y el éxito del libro acabó popularizando la palabra. El gobernador de Nueva Gales del Sur Lachlan Macquarie la usó después en los mensajes enviados a Inglaterra. En 1817 recomendó la adopción oficial y, en 1824, el Almirantazgo lo autorizó.